Entre silencios nos desaparecimos,
buscando respuestas donde no las había,
entre besos nos buscábamos, perdidos,
en brazos ajenos, en falsa alegría.
Seguimos esperando esa llamada,
pero tu orgullo y mi miedo conspiran,
cuando lo único que falta es la mirada
que diga “aquí estamos”, y el tiempo respira.
Las noches confiesan lo que el día calla,
en sueños se rozan las almas heridas,
mas despiertos, al borde de la batalla,
nos negamos la paz de palabras sencillas.
Si el destino camina en la cuerda floja,
hagamos del riesgo nuestra certeza,
que el amor se construye donde se aloja
la valentía, no el eco de promesas.
Ven, desnudemos del alma su armadura,
que no hay más excusas ni reloj que importe;
si el futuro nos llama con su ternura,
unamos las manos, tomemos el norte.
