Bajo el Manto de la Noche

La noche desciende con su manto estrellado,
susurra al viento un viejo cantar,
las sombras danzan en un sueño callado,
y el mundo se pierde en su lento vagar.

Las estrellas titilan, faros en lo eterno,
testigos silentes de un cielo sin fin,
la luna, viajera de un tiempo incierto,
acaricia la tierra con su alba de jazmín.

El mar se aquieta en su dulce vaivén,
eco profundo de un mundo sin prisa,
las olas murmuran historias de ayer,
dibujan recuerdos en espuma y brisa.

Pero en la penumbra un reflejo aparece,
mi cielo lejano en su luz se revela,
y aunque la distancia el alma oscurece,
su brillo renace, mi noche destella.

Ella es aurora tras sombras dormidas,
sol entre nieblas, mi dulce verdad,
en su mirada la vida me aguarda,
en su sonrisa despierta mi paz.

Mientras el mundo calla en su calma infinita,
mientras la noche me envuelve y me guía,
su nombre resuena en la brisa bendita,
y en ella despierta mi alma y mi día.

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