Estar a su lado, mientras la veo sonreír,
Ser su cómplice con el que se deje consentir.
Ver sus labios mientras recita poemas que saben a miel,
Escuchar su voz buscando mi alma en su piel.
Soy un espectador en su vida,
Alguien tras una dulce partida.
Miré atrás esperando de ella saber más,
Pero solo el eco de su risa quedó en mi paz.
Admiro su fuerza, su inteligencia, su amor por vivir,
Admiro cuánto de ella puede al mundo influir.
Me inspira a vivir enamorado, me inspira a ser más que amado,
Me inspira a darlo todo por ella, aún sin ser esperado.
Si su mirada me nombra, el tiempo se aquieta,
Su risa es la brisa que mi alma sujeta.
Si el destino es cruel y me arrastra al olvido,
Que quede este verso como amor concebido.